El Tribunal de Vesoul ha condenado a Nicolás Zepeda a 28 años de prisión por el asesinato de su exnovia japonesa, Narumi Kurosaki. El padre del acusado ha lamentado la decisión, argumentando que el juicio estuvo influenciado por la atención mediática y política, más que por las pruebas presentadas. El fiscal del caso sostiene que el homicidio ocurrió por asfixia el 5 de diciembre de 2016.
Nicolás Zepeda, chileno de 32 años, fue condenado a 28 años de prisión por el Tribunal de Vesoul al concluir el juicio de apelación por el asesinato de Narumi Kurosaki, su exnovia japonesa. Esta sentencia coincide con la dictada en el primer juicio celebrado en Besanzón, la ciudad donde ocurrieron los hechos.
El juicio de apelación, que se inició el 4 de diciembre en Vesoul, finalizó hoy con la confirmación de la condena y la sentencia de prisión. A pesar de esta decisión, Zepeda aún tiene la posibilidad de apelar ante el Tribunal de Casación, aunque este solo examinará aspectos procedimentales, no el fondo del caso.
Este segundo juicio fue pospuesto en febrero debido al cambio de abogado por parte de Zepeda, quien estuvo en prisión preventiva hasta el reinicio del proceso. Renaud Portejoie, el nuevo abogado, solicitó el aplazamiento para preparar la defensa del acusado.
El 12 de abril de 2022, Zepeda fue condenado inicialmente a 28 años de prisión. Según la Fiscalía de Besanzón, Kurosaki conoció a Zepeda en Japón en otoño de 2014, iniciando una relación que concluyó en 2016 cuando la víctima se mudó a Besanzón para estudiar.
El fiscal del caso, Étienne Manteaux, sostuvo que el asesinato ocurrió el 5 de diciembre de 2016, entre las 3:15 y las 3:21 de la madrugada, por asfixia. Manteaux también planteó la hipótesis de que el cuerpo fue arrojado al río Doubs.
Durante la investigación, las autoridades francesas solicitaron la extradición de Zepeda, quien regresó a Chile. La extradición se efectuó en 2020, después de su detención por la PDI en Viña del Mar.
Zepeda ha negado repetidamente su implicación en el asesinato. A pesar de sus declaraciones, diversas pruebas lo vinculan a la desaparición, incluyendo mensajes enviados a la familia de Kurosaki a través de redes sociales. Además, se reportó actividad en la cuenta de Facebook de la víctima días después de su desaparición.